Esta cocina fue diseñada para una vivienda unifamiliar en el centro de Zaragoza, donde la prioridad del cliente era crear un espacio luminoso, funcional y atemporal. Apostamos por un diseño totalmente blanco con acabado mate, sin tiradores, y encimera en superficie sólida que se funde con el fregadero para lograr continuidad visual.
Se cuidó al máximo la distribución para optimizar cada metro disponible, integrando electrodomésticos panelados y zonas de almacenaje ocultas. El resultado es una cocina elegante, ordenada y con gran sensación de amplitud, ideal para quienes buscan limpieza visual y practicidad diaria.
Además, la iluminación LED empotrada bajo los muebles altos aporta un toque moderno y acogedor, realzando la estética general sin perder funcionalidad.